domingo, 11 de diciembre de 2016

En ocasiones veo muertos...

En ocasiones veo muertos. Se levantan de sus tumbas y caminan libremente entre nosotros, contaminando nuestro ambiente, nuestra estabilidad, nuestro ánimo. Se disfrazan de diferentes cosas o personas. Porque claro, no está bien visto que los muertos vaguen por ahí. Sería raro. Así que podemos encontrarlos camuflados de fracasos amorosos. De cables conectores (yo me entiendo). De fracasados con aires de superioridad. De corruptos. De asesinos de ideas. 
Pero todos tienen algo en común: van dejando un horrible rastro de podredumbre por donde van, impregnando todo de un mal olor que se te mete dentro y hace que hasta en sueños los tengas presentes. Qué difícil desprenderse de ellos. Sobre todo para algunos. Yo debo de tener un sexto sentido porque últimamente veo muchos...


viernes, 22 de abril de 2016

Verdad

Las apariencias engañan. Cuando todo parece de una manera, de repente es de otra. No puedes fiarte ni de tu sombra, porque si te descuidas te traicionará. Las personas ponen una cara, pero en realidad no es la suya. ¿Tan difícil es ser claro? ¿Tan complicado es ser sincero, directo? Siempre ha sido una premisa fundamental de mi vida el no mentir.
" La verdad siempre triunfa", reza una cita famosa (ahora no recuerdo de quién). ¿Entonces por qué la gente no la usa? ¿Por qué mienten las personas? ¿Para protegernos? ¿Para fastidiarnos? ¿Para tener un as en la manga? Cualquiera de las opciones no me parece válida. La verdad debe prevalecer por encima de todo. Aunque duela. Ni mentiras, ni medias verdades, ni verdades maquilladas.
Lo peor es cuando descubres una mentira. O no una mentira. Una ocultación de hechos (que para mí es como una mentira). ¿Qué es mejor: enfrentar al susodicho o dejarlo pasar? Yo tengo un problema: se me quedan las cosas dentro y necesito saber. Necesito ir a esa persona y preguntar. Pero no siempre es una buena idea. 
Desgraciadamente la mentira siempre estará entre nosotros, la mayoría de las veces disfrazada de otra cosa. Pero me niego a que forme parte de mí. 

miércoles, 23 de marzo de 2016

El saco para desechar

Hay cosas que te resistes a dejar ir. Y no sabes bien por qué. Es difícil explicar por qué quieres guardar esa camisa horrible de flores de colores de hace 10 años. Sabes que ya no te queda bien y que ya no se lleva, pero algo hace que seas incapaz a echarla al saco de la ropa para desechar. 

Pasa algo similar con las personas. Hay personas que en su momento te aportaron algo, pero que después te han decepcionado varias veces. Sabes que ya están lejos y sabes que probablemente no vuelvas a tener nada en común con ellas. Pero te resistes a pasar página. Crees que en algún momento volverá a resurgir lo que compartías con ellas, que todo volverá a ser genial. Y aunque entornas la página prácticamente todos los días para cambiar de capítulo, algo hace que vuelvas a atrás. Y te quedas eternamente anclado en el mismo punto. Porque eres incapaz a echarlos al saco de personas para desechar.

lunes, 14 de marzo de 2016

Soledad

Hay ocasiones en las que uno se pone a meditar sobre la vida, sobre el futuro. E inevitablemente nos sobrevuelan algunos fantasmas. ¿Estaré sola siempre? ¿Quién cuidará de mí cuando sea mayor? ¿Quién me visitará en la residencia? ¿Quién vendrá a mi funeral y llorará por mí? 
Habiéndome planteado ya que no quiero ser madre, todo ese peso recae en una posible e hipotética pareja. Porque los miembros de mi familia son todos más mayores que yo. Es de suponer que se irán antes que yo (aunque nunca se sabe...). Y ¿no es triste poner todas mis esperanzas de futuro en alguien que aun no conozco? Sí, pero es así. 
Somos seres vivos sociales. Necesitamos estar en compañía. Por mucho que algunos sobrados se empeñen en afirmar lo bien que está solos, nadie puede estar bien solo toda su vida. 
Tarde o temprano empiezas a notar que al llegar a casa te gustaría que hubiera alguien esperándote. Cuando te vayas a dormir a una cama grande y vacía, empezarás a sentir que te gustaría que media cama estuviera ya ocupada. Cuando vayas a la compra, empezarás a desear que haya alguien con quien pasear por los pasillos, llenando el carrito, alguien que te ayude con las bolsas. 
Y no es que no puedas sobrevivir si estás solo en casa. Ni que te pase algo por dormir solo. Ni que no puedas comprar y llevar las bolsas solo (para eso viene bien ir al super con un carro..). No es eso. Es que todo es mejor cuando compartes la vida con alguien. No cuando necesitas a alguien, si no cuando deseas estar con alguien. 

sábado, 9 de enero de 2016

Profesiones con género.

En general, las mujeres y los hombres nunca hemos sido considerados iguales laboralmente, aunque hagamos lo mismo y tengamos la misma cualificación. Siempre ha habido profesiones "de hombre" y profesiones "de mujer". Los albañiles y los mineros solo pueden ser hombres. Las enfermeras y azafatas solo pueden ser mujeres. Y si eres un hombre en una profesión tradicionalmente femenina, o viceversa, eres gay. Lo de los estereotipos es algo muy extendido y todos alguna vez hemos caído en ellos. Y otras veces te pasa a ti.

Yo soy médico. Pero como además soy mujer y joven, si digo que trabajo en un hospital obviamente debo ser enfermera. Si fuera hombre nunca me preguntarían que si soy enfermero. Y no es que la gente lo haga con mala intención, no. Simplemente es algo que la sociedad les ha hecho creer, que hay profesiones con género. Antes me molestaba mucho. Ahora me hace gracia verles la cara cuando les saco de su error. Mucho se disculpan como si hubieran metido la pata, como si ser enfermera fuera una ofensa, como si me hubieran "bajado de categoría", como dicen ellos. Nada más lejos de la realidad. No me ofende ser llamada enfermera. Me ofende que den por hecho que debo ser enfermera por ser mujer y joven.